La presentación del recorrido del próximo Tour de Francia 2024 ha despertado una gran expectación. Uno de los motivos es la incorporación de atractivas y novedosas jornadas que rompen con la tradición de la carrera francesa. Hay numerosas variantes que buscan aquellas sorpresas que puedan provocar un vuelco en la clasificación. Por si fuera poco, el Tour no finalizará en París por coincidir con los JJOO. Lo hará con una dura contrarreloj individual entre dos ciudades emblemáticas, Mónaco y Niza. La previsión de alcanzar grandes audiencias televisivas en esta edición es prometedora para los organizadores.
Este extendido entusiasmo tiene que ver también con la presencia de las dos grandes figuras que han dominado las últimas ediciones: Tadej Pogacar (25 años) y Jonas Vingegaard (27 años). Los últimos tres años hemos asistido a espectaculares duelos entre el esloveno y el danés, en especial durante la última edición de 2023. Los ataques y contraataques enfervorizaron a una afición que disfruta con un nuevo ciclismo donde se corre al ataque, sin escatimar fuerzas. Medios especializados han llegado a definir sus duelos como los mejores del siglo.
Tal y como nos demuestra la historia, siempre que hay un duelo entre dos grandes figuras surge la pregunta de quién es el mejor. Como si no fuera suficiente todo lo bueno que nos aporta esta lucha, parece que necesitamos confirmar quién de los dos tiene más talento. Y claro, llegar a dar una respuesta clara es imposible, al menos para mí lo es y no me atrevo. Tal vez porque no lo considero tan trascendental. Como reflexión para demostrar lo difícil de esta cuestión, el mejor ciclista suele estar asociado al que más victorias ha conseguido en la temporada. Por ejemplo, en 2023 no son Pogacar ni Vingegaard sino el esprinter Jasper Philipsen quien tiene ese privilegio.
Pogacar y Vingegaard ¿Quién es el más completo?
Cuando leo comentarios en redes sociales sobre esta cuestión sorprende la vehemencia con la que muchos aficionados exponen sus opiniones. Es normal y hasta lógico que cada uno tenga su corredor favorito, pero nunca entenderé que se desprestigie al contrario para reafirmar la posición a favor de su corredor preferido. Y lo entiendo menos porque este es un deporte en el que admiro a todos, del primero al último.
En el caso que nos ocupa, los dos son corredores muy diferentes, con virtudes sobre la bicicleta antagonistas. Sin embargo, gracias a estas diferencias vivimos fantásticas luchas que atraen a nuevos aficionados y confirma lo irresistible que es este deporte. Y hay algo que los une como ciclistas: la gran ambición que tienen.
Aventurándome un poco, voy a intentar profundizar en quién de los dos ciclistas puede situarse por encima del otro, pero con la condición de utilizar el concepto de quién es el más completo, no el mejor.
Tadej Pogacar, la inspiración como garantía de triunfo
Y en este punto, el esloveno Tadej Pogacar destaca sobre todos sus rivales. Es sensacional que todo un doble ganador del Tour sea capaz de vencer en un “monumento” clásico como el Tour de Flandes por delante de los considerados «monstruos» de estas carreras, Mathieu Van der Poel y Wout Van Aert. El esloveno reconoce que le encantan las clásicas y tarde o temprano todos dan por hecho que ganará los cinco monumentos. Su predilección por estas competiciones es tal que tiene muy buena relación con Mathieu Van der Poel, del que dice que si fuera un niño sería su ídolo.
Tadej con su rostro aniñado y su sonrisa espontánea es un talento natural. Despliega en competición una constante inspiración que le ayuda a estar siempre motivado y a romper la carrera en el momento justo y crucial para sorprender a sus rivales. Y lo hace puesto de pie, imprimiendo una brutal cadencia y trasladando el peso del cuerpo en mayor proporción hacia el manillar. Es tal su ímpetu que parece que vaya a adelantar a su propia bicicleta. Es un ciclista dominador cuyos ataques ponen de pie al público. Puede imponerse al esprint en pequeños grupos o llegadas con pendiente; sube como los mejores escaladores; realiza contrarrelojes supremas y tiene un rendimiento extraordinario tanto en carreras de tres semanas como de siete días o un día. En este sentido podríamos afirmar que es el más completo del pelotón mundial.
Entonces, ¿cómo explicamos que haya sido derrotado en las últimas dos ediciones del Tour por el mismo adversario?
Vingegaard: una consistencia que conduce a lo más alto
Esas dos veces comentadas ha sido por «culpa» de un joven danés de cuerpo menudo con cara de buen y tímido chico. En mi opinión Jonas Vingegaard es el rival más difícil y duro al que se puede enfrentar Pogacar en las grandes vueltas de tres semanas.
El ascenso del danés al estrellato del ciclismo no ha sido tan precoz como el del esloveno. Aunque sólo es un año mayor que Pogaçar, su evolución ha sido menos meteórica debido en parte a que tardaron más en descubrir su talento. Una curiosidad. Estudios sociológicos sitúan a los daneses entre los más felices del mundo. A muchos habitantes de Dinamarca les preguntan el porqué y suelen responder que viven el ahora sin hacerse grandes expectativas de futuro y así no suelen sentirse frustrados.
Cuento esto porque, en el caso de Jonas Vingegaard, su entrenador afirma que el danés no era consciente del potencial que tenía y que además, su carácter humilde contribuía a que el ciclista no creyera que podría ser un ganador. Cuando le enseñaron sus valores fisiológicos en una concentración junto a todo el equipo Jumbo Visma supo que podría estar entre los mejores del mundo.
Para mí la gran virtud de Jonas Vingegaard, la que le ha conducido a conseguir dos tours de Francia de manera consecutiva, es su consistencia. La solidez con la que disputa las tres semanas de las grandes vueltas impresiona. Lo ha vuelto a demostrar en la última edición de la Vuelta a España. Confesó que la primera semana no andaba muy fino debido a unos problemas estomacales que le obligaron a bajarse de la bicicleta varias veces para realizar sus necesidades. Nadie se dio cuenta de su debilidad y además no perdió tiempo en relación a sus rivales.
Si observamos al danés en carrera siempre lo veremos en las primeras posiciones, atento y protegido por sus compañeros más corpulentos. Tiene un gran equipo que prepara y ejecuta con admirable maestría las estrategias de carrera donde la prioridad es comportarse como un equipo muy unido en busca de un solo objetivo: ganar el Tour. Pero Jonas sabe afrontar esa responsabilidad de ser líder y mantiene la calma ante los imprevistos que suelen producirse en la carretera. Tiene un rendimiento soberbio en la alta montaña y a pesar de la apariencia de un cuerpo menudo y frágil ha demostrado una potencia sorprendente en las contrarrelojes decisivas que le han servido para desmoralizar a su gran rival.
¿Cómo son Pogacar y Vingegaard fuera de la bicicleta?
Si nos acercamos al terreno de la personalidad de los dos protagonistas, observamos dos perfiles contrapuestos. La primera gran diferencia es la extraversión de Pogacar frente a la timidez de Vingegaard. Esto lo podemos ver en sus redes sociales. Mientras el esloveno cultiva su lado más personal, abierto y desenfadado, el danés reconoce que no tiene redes en su móvil y que se las llevan otras personas.
Tadej Pogacar disfruta con las relaciones sociales. Se le puede ver, como a cualquier otro joven de 25 años, divirtiéndose con su novia, jugando al paddle, gastando bromas…En cambio para Jonas Vingegaard (27 años) su mujer e hija lo son todo. El apoyo de su mujer es algo que recalca con frecuencia porque le ha ayudado a superar sus miedos y a gestionar mejor el estrés producido por la competición.
Sin embargo, a los dos les une la ambición por ganar todas las carreras en las que compiten. Digamos que en Pogacar es fácil ver ese deseo debido a su carácter en carrera. En cambio podríamos decir que Vingegaard no llama tanto la atención y es más discreto en sus esfuerzos, como si los controlase antes de asestar el golpe definitivo. Lo que sí coinciden los dos es en el respeto y admiración mutuos. Pogacar ve a Jonas Vingegaard muy fuerte y progresando año tras año, mientras el danés afirma que los duelos con Tadej le ayudan a mejorar como ciclista.
¿Quién es el favorito para este año?
Llegar al Tour en una óptima forma será la prioridad para estos dos corredores. Recordemos que la mala suerte es un factor que puede surgir en el momento más inesperado. Como ejemplo, la caída que sufrió Pogacar mientras disputaba la Lieja- Bastoña -Lieja y que le trastocó su preparación cara al Tour 2023.
Ya tienen definidas qué carreras van a correr como aproximación al Tour. En el caso de Pogacar le acompañan las dudas respecto a las clásicas de primavera que tanto le gustan o apostar por un acercamiento al Tour con otro tipo de competiciones. Sin embargo, no coincidirán hasta el Tour al menos que haya alguna variación en sus calendarios previstos.
Respecto a sus equipos, UAE y Visma Lease a Bike, los dos se han reforzado para seguir siendo los bloques más potentes del pelotón a la espera de lo que pueda ofrecer el Bora Hansgroghe con la incorporación de otra estrella, el también esloveno Primoz Roglic.
En mi opinión Tadej Pogaçar seguirá siendo el principal favorito allá donde compita, pero cuidado, porque esto puede ser una ventaja para Vingegaard. El danés reconoce que el soberbio rendimiento del esloveno le motiva en su constante lucha por derrotarlo. En el pasado Tour de Francia hubo un detalle el día de la contrarreloj Passy- Combloux que mostró claramente la confianza y decisión del danés por vencer a Pogaçar.
La cadena televisiva Eurosport, en su resumen final de etapa, mostró en una doble pantalla a los dos corredores afrontando los mismos tramos. Mientras Vingegaard tomaba las curvas de los descensos al límite, Pogacar rodaba de forma menos intensa y curiosamente no tan agresiva como nos tiene acostumbrados. Segundo a segundo el danés arañaba segundos de margen pedaleando con una postura más aerodinámica que su rival. Aprovechaba cualquier metro del recorrido que le pudiera dar ventaja. Ese día la decepción de Pogacar fue mayúscula y fiel a su estilo no la escondió ante las cámaras. Esa jornada la tenía marcada para hacerse con el liderato y en cambio salió con más de un minuto y medio de retraso.
Por todo lo que he expuesto anteriormente, creo que tenemos asegurada una emocionante rivalidad durante años. Ojalá pueda ser así y sigamos disfrutando de estos dos grandes talentos del ciclismo mundial.
Y al final, al menos en mi caso, que gane el mejor.
Coincido en que los dos son ciclistas muy diferentes, pero igual de talentosos. Difícil prever el ganador final del Tour, aunque Pogacar siempre partirá como favorito.