¿Has experimentado la vanidad ciclista?
Seguro que alguna vez en alguna de nuestras salidas sobre la bicicleta hemos visto algún ciclista comportarse de un determinado modo que lo hemos catalogado de vanidoso. Puede ser que hayamos visto en ese ciclista una excesiva confianza y una creencia aparente de superioridad sobre el resto de ciclistas.
“La vanidad es un afán excesivo de ser admirado”
A veces es la ostentación de una bicicleta que muy pocos pueden permitirse. En otras, demostrar que se lleva lo último en accesorios o ropa, al nivel de los profesionales, suele ser motivo de admiración por el resto de ciclistas y eso contribuye al engrandecimiento de quien lo posee. Por no hablar de las piernas, una de las partes del cuerpo más observadas por todos los ciclistas para averiguar estados de forma.
En estos casos importa más la imagen que la objetividad. El culto a la apariencia crea personajes pero no seres humanos, señalan muchos psicólogos al hablar de la vanidad.
“Obsesionarse por la apariencia no te hará mejor ciclista”
Luego se encuentran los casos donde el ciclista muestra su superioridad física y necesita de una confirmación. Su campo de acción pueden ser los puertos de montaña pero también los llanos con viento de costado. Aquí, muchos ciclistas que conviven con la vanidad querrán escuchar las aduladoras palabras de quienes los han visto pasar como “rayos” subiendo o de quienes no les han podido dar ni un relevo en el llano debido al endiablado ritmo que llevaban.
¿Y si nadie reconoce tu rendimiento? ¿Te sientes frustrado por esa falta de reconocimiento? ¿Eres capaz de vivir sin los elogios?. Los expertos hablan de inseguridad si respondes con un “no” a la última cuestión.
“Debemos valorarnos como ciclistas por lo que somos, no por lo que deberíamos ser”
Vanidad en las redes sociales ciclistas
Hay quien ve en determinados comportamientos en redes sociales ciclistas un extremo deseo por ser reconocido, alabado y admirado por un determinado registro o rendimiento. La popular herramienta Strava se ha puesto al servicio de todos aquellos que necesitan mejorar su condición física, y sin duda es una gran aplicación para poder comparar nuestros estados de forma, aunque también la puedes configurar de forma privada. Sin embargo, a menudo se convierte en un escaparate donde posicionarse por encima de otros, ofreciendo datos cada vez más difíciles de superar.
“Engrandécete y te humillarán”
¿Si tienes grandes cualidades físicas, por qué nos las vas a mostrar? Efectivamente así es, no hay nada malo en ello si no te condiciona tu entrenamiento ni tu disfrute encima de la bicicleta. Si la vanidad y los halagos no te dejan ser tú mismo como ciclista y persona entonces ahí hay un grave problema que necesita una reparación. Porque como dicen los más mayores, sabios ciclistas, “siempre habrá alguien más rápido y veloz que tú”
La vanidad, una de las causas del dopaje
Hace ya algunos años, cuando escuchábamos a ciclistas arrepentidos de haberse dopado, nos dábamos cuenta que lo habían hecho por la gloria, por conseguir la admiración de todo el mundo, aficionados, compañeros y medios de comunicación. Una gloria efímera que les había llevado a la autodestrucción.
Como ciclista hay que ser muy fuerte para no caer en esa tentación por la adulación. El trabajo de psicólogos y entrenadores con los más jóvenes es muy importante para reforzarles y alejarles de cualquier atajo para conseguir los triunfos.
¿Podemos escapar de la vanidad ciclista?
Vivimos en una sociedad dominada en numerosas ocasiones por la apariencia. Buscamos los aplausos ajenos con demasiada frecuencia y los ciclistas nos somos ajenos a este sentimiento.
Los expertos en esta materia aconsejan y sugieren algunas claves para poder combatir la vanidad y algunas de ellas pueden aplicarse a nuestra condición de ciclistas:
- Admitir que tenemos necesidad de reconocimiento por parte de los demás ciclistas. Sólo así sabremos cómo actuar.
- Dejar de usar el “yo” y sustituirlo por “nosotros”. Todos según nuestra condición física tenemos el mismo mérito por alcanzar la cima de un puerto o pedalear con el plato grande a medias muy altas.
- Escuchar a los demás ciclistas y evitar centrarse en uno mismo.
“La vanidad es tan fantástica, que hasta nos induce a preocuparnos de lo que pensarán de nosotros una vez muertos y enterrados” (Ernesto Sábato)
Desde qué grande ser ciclista os invitamos a que expongáis cualquier detalle, opinión etc… sobre este tema que pueda ayudar a la gran la familia ciclista.