El Tour de Francia de 2015 ha sido considerado como la edición más dura de los últimos años. Estos son algunos detalles que se han podido ver durante las tres semanas de la ronda francesa y que hacen del ciclismo un deporte único en muchos sentidos.
Personas sometidas a presiones extremas
Coger muy pronto el maillot amarillo es para muchos líderes una experiencia angustiosa y agotadora. Debes defenderlo día tras día y siempre, a causa del protocolo, eres el ciclista que llega más tarde al lugar de descanso: el hotel.
Este año al británico Chris Froome no sólo le ha tocado luchar contra todos sus rivales para mantener el amarillo, también ha tenido que aguantar ruedas de prensa convertidas en interrogatorios donde las dudas sobre su rendimiento eran constantes. Y por si fuera poco, en la última semana con las fuerzas abandonándole, sufrió el desprecio de aficionados que lamentablemente no entienden que los ciclistas llevan vidas de auténticos monjes para llegar en condiciones a los grandes retos. Todos merecen un gran respeto porque son sometidos a constantes análisis no sólo durante la carrera, también a lo largo de toda la temporada.
Froome pudo finalmente aguantar la presión y conseguir su segundo Tour, dejando atrás a grandes ciclistas, ganadores todos ellos de grandes vueltas (Quintana, Valverde, Nibali y Contador).
Sin embargo dos jóvenes escaladores franceses, Thibaut Pinot y Romain Bardet, no pudieron cumplir con las inalcanzables expectativas que tanto la organización, con el trazado que diseñó, como el público francés establecieron: conseguir la primera victoria francesa desde 1984.
Tras el fracaso, producto de una insoportable presión, vino la liberación y con ella el triunfo; dos grandes victorias en etapas alpinas vuelven a ilusionar a Francia. Una frase de Romain Bardet define muy bien la exigencia que se les impone a los ciclistas franceses; «quieren un nuevo Bernard Hinault y eso no es posible». A pesar de ello volverán a intentarlo, son jóvenes y tienen muchas ganas.
Nuevas generaciones que apasionan
Año tras año en el ciclismo surgen nuevos nombres que anuncian brillo. Muchos se quedan por el camino pero mientras tanto la salud del ciclismo es envidiable gracias a jóvenes como Nairo Quintana o Peter Sagan, capaces de realizar auténticas exhibiciones que ilusionan a todos. Los dos ciclistas sorprenden por su gran madurez en la carretera y ya comienzan a tener una legión de seguidores. Con ellos y otros jóvenes que vienen por detrás, el ciclismo se beneficia de una constante brisa que renueva el pelotón internacional. A partir de ahora se les exigirá cada vez más.

Nairo Quintana encabeza una generación de ciclistas colombianos que pueden dominar el ciclismo del futuro.
Ciclistas que son eternos
Alejandro Valverde con 35 años y Joaquim Rodríguez con 36 siguen siendo tremendamente competitivos. Quizás su éxito esté relacionado con las ganas que muestran siempre encima de la bicicleta. Están haciendo lo que más les gusta y cuando corren con libertad los dos son un auténtico espectáculo. Las dos victorias de «Purito» y las lágrimas de Alejandro al subir al pódium de París en tercera posición quedarán para siempre grabadas en el archivo de la historia del ciclismo.

Joaquim Rodríguez, fabuloso a sus 36 años. Esta es la camiseta exclusiva que hemos diseñado en homenaje a su gran clase.
Entre el aficionado se ha instalado la preocupación por el día en que ya no estén estos dos grandes ciclistas. Se les va a echar mucho de menos y como dicen los que saborean el buen ciclismo, ojalá fueran eternos.
Derrotados pero nunca rendidos, esto es ciclismo
Dicen que a un ciclista se le conoce mejor por sus derrotas. Vincenzo Nibali y Alberto Contador partían como grandes favoritos a la victoria final en el Tour 2015 junto a Froome y Quintana. Sus opciones quedaron pronto descartadas pero no desaparecieron de carrera. Sus suicidas ataques maravillan a muchos que piensan que el ciclismo tiene un punto de «locura» que enamora. Su pelea hasta el final ha engrandecido todavía más la victoria de Chris Froome y ha beneficiado al Tour de Francia y al ciclismo en general.
En el caso de Alberto Contador hay que alabar su propósito de conseguir Giro y Tour en el mismo año. Los grandes retos se escriben en la historia del ciclismo con letras destacadas y el ciclista español de 32 años busca realizar hazañas que le motiven a seguir en activo un año más.
Magistrales clases de sufrimiento
Jean Cristophe Péraud cayó al suelo arrastrando sus brazos y piernas por el rugoso asfalto. Su estado tras la caída hizo pensar en la retirada, pero no, el francés de 38 años a duras penas podía pedalear mientras el médico en carrera curaba sus heridas. Sangre brotando por varias partes de su cuerpo, el culotte desgarrado y aún así contactó con la cola del pelotón, cargó su maillot de bidones y subió para ofrecérselos a sus compañeros. Fueron unas imágenes tan duras y bellas que demostraron al mundo que los ciclistas son únicos.
Lo mismo que Fabian Cancellara y Tony Martin, dos de los grandes del pelotón internacional que tuvieron que abandonar tras dos brutales accidentes. Los dos llevaban en ese momento el maillot amarillo y los dos, a pesar de sus fracturas, cruzaron la meta encima de sus bicicletas. Enormes.
Como enormes son tantos y tantos ciclistas que a pesar de caídas y contratiempos durante las tres semanas sufren y sufren para poder terminar cada día la etapa. No son tan conocidos y por eso no sabemos de sus agotadoras luchas por terminar una carrera tan dura como es el Tour de Francia.
Ciclismo o lo que es lo mismo: todos para uno, uno para todos
En esta edición 2015 del Tour de Francia hemos vivido ejemplos tan grandes de sacrificio en servicio del equipo que demuestran que a pesar de que el triunfo es individual, éste no sería posible sin la ayuda de los compañeros. Los ciclistas del SKY Thomas, Poels y Porte, son parte muy importante de la victoria de Froome, y éste quiso agradecerlo esperándolos en la línea de meta de Alpe d’Huez para felicitarles por su trabajo. Como dijo el siempre educado ciclista nacido en Kenia, «sin ellos no habría sido posible mi victoria».
Otro de los detalles a destacar es ver a todo un equipo como Movistar luchar por la general de equipos y finalmente subir al pódium final de París. Sus nueve hombres estuvieron a un gran nivel, ayudaron a que dos de sus ciclistas estuvieran escoltando a Froome en París y mantienen a un equipo español en lo más alto de las escuadras world tour. Para cualquier gregario es la mejor de las recompensas y premia el esfuerzo de tres duras semanas de competición. Ahora muchos de ellos volverán a trabajar sin descanso para sus líderes en la Vuelta a España.
Los aficionados han disfrutado tanto que celebran que ya queda menos para el Tour del 2016. Así es el ciclismo.