Asistir durante tres días a unos campeonatos de España de ciclocross es un buen ejercicio para observar y tomar contacto con una disciplina minoritaria dentro del ciclismo pero que gracias al esfuerzo, dedicación y pasión que ponen todos sus protagonistas convierten esta minoría en algo extraordinario.
El ciclocross es extraordinario por “culpa” de:
gente altruista, apasionados por lo que hacen, empeñados en que todo salga lo más perfecto posible
En Gijón fue digno de admiración observar a los miembros de la Escuela de Ciclismo Coque Uría y de la Federación de Asturias trabajar sin descanso, con sus responsables a la cabeza; no son pocos los problemas a los que se enfrentaron pero su perseverancia les llevó a conseguir unos campeonatos fantásticos. Su trabajo comienza meses antes y acaba días después.
El ciclocross es extraordinario gracias a:
familias de toda España que recorren gran número de kilómetros para asistir a las carreras
Son uno de los motores de este deporte. Gracias al número de categorías que existen, hay familias en las que todos sus miembros compiten y éste es un hecho difícil de contemplar en otras disciplinas ciclistas. Cuando no compiten, animan al resto contribuyendo a un gran ambiente a lo largo de todo el fin de semana.
El ciclocross es extraordinario porque:
los corredores son de carne y hueso, accesibles al aficionado y a los medios de comunicación
Existe un contacto muy estrecho entre el corredor y el aficionado, tanto en competición como en los previos o a la finalización de la carrera. Puedes ver a un aficionado comentando aspectos de la competición con algún participante.
La relación con los medios de comunicación es muy fácil y beneficia a todos.
El ciclocross es extraordinario también por:
el espíritu de lucha de las mujeres
En Gijón, más de 70 chicas participaron en las diferentes categorías, constituyendo todo un récord. Tienen la fuerza y el empuje necesarios para reivindicarse en un deporte sacrificado como pocos. Su deseo “Mismo trato, mismos derechos,igualdad” es un buen argumento que elevará al ciclocross hacia categorías superiores en deporte igualitario.
El ciclocross es extraordinario cuando aparecen:
la lluvia y el barro
¿Qué sería el ciclocross sin ellos? La plasticidad de este deporte gracias a estos elementos es enorme, y en Gijón tuvimos la oportunidad de confirmarlo de nuevo. El invierno es su razón de existir.
El ciclocross es extraordinario porque tiene:
futuro, hay promesas que ya realizan sus primeros pasos en esta disciplina, con ilusión, simpatía y ganas de aventura
Sin ellos no existe camino por recorrer. Con ellos se construirá un mejor ciclocross, sin duda.
El ciclocross no puede ser extraordinario sin ellos:
sin los entrenadores, madres y padres que velan por ese futuro.
Siempre detrás, en segundo plano, pero su dedicación es tan intensa como sacrificada.
Estos argumentos expuestos aquí son una visión muy personal de alguien que ha vivido “de otra manera” unos campeonatos. Problemas por resolver en el ciclocross hay muchos,entre ellos el abandono de las jóvenes promesas, pero eso no impide afirmar que esta disciplina de ciclismo invernal sigue siendo maravillosa.