Satisfacción, alegría, felicidad…son estados de ánimo tras haber culminado la marcha cumpliendo objetivos y alcanzar la llegada sin incidentes.
Decepción, abatimiento, tristeza, rabia… suelen ser emociones asociadas a expectativas no cubiertas tras la finalización de una marcha cicloturista.
Todos partimos con una lista de deseos antes de afrontar la salida. Esas expectativas se reflejarán más tarde en la expresión de nuestro rostro tras cruzar la línea de llegada. Sin duda alguna, será muy diferente lo que transmitirá la expresión de quien quería bajar su tiempo a toda costa y no lo ha conseguido, de quien se ha tomado el recorrido para disfrutar y no perder la forma física.
La llegada: abrazos y sonrisas
Cruzar la línea de la llegada y verse rodeado por familiares, seres queridos o los propios compañeros de recorrido es un gran placer que suele estar acompañado de besos, abrazos y sonrisas. Es un momento breve de felicidad que hace que nos olvidemos del cansancio durante unos minutos.
La llegada: estiramientos y masajes
Muchos cicloturistas no esperan ni un segundo. Inician su ritual de estiramientos conscientes de iniciar así una pronta recuperación y aliviar esos músculos contraídos por el esfuerzo. Otros se dirigen a los servicios de fisioterapia y ponen todos sus músculos a disposición de los masajistas. Para muchos cicloturistas contar con este servicio es todo un lujo.
La llegada: hidratarse
Antes incluso de tomar algo sólido, lo primero y más adecuado para el organismo del participante es ingerir liquido. durante unos minutos todos los cicloturistas botella, lata, vaso etc…en mano cumplen uno de los ritos más aconsejados por los especialistas: la hidratación.
Tras estos rituales descritos, todo estará preparado para iniciar la comida.