Observando los rostros de los participantes antes de una marcha cicloturista podemos intuir sus deseos, miedos o planes a cumplir. Veremos muchas sonrisas, algunas risas que ayudan a despejar los nervios, ojos concentrados en mejorar rendimientos del pasado, rostros serios y prudentes que afrontan los primeros metros con cuidado y que seguramente quieren terminar sin problemas los kilómetros a los que se enfrentan.
En nuestras estampas cicloturistas: la salida
En la mayoría de las marchas, detrás de los participantes que actúan como invitados, suelen posicionarse los cicloturistas más combativos o competitivos, aquellos cuyo sacrificio semanal de entrenamientos lo quieren plasmar en la marcha. Disfrutan exprimiéndose al máximo y les encanta la rivalidad.
En posiciones medias suelen situarse cicloturistas que participan por primera vez. Aquellos a los que les han comentado que no salgan tan atrás y para los que es una incógnita lo que se van a encontrar kilómetros más adelante. Tienen la ilusión de los niños pero también el miedo ante su primera vez.
Por último, en posiciones más retrasadas, vemos a grupos de amigos cuyos primeros kilómetros se los toman en animada conversación; saben que luego no podrán relajarse tanto y aspiran a terminar enteros y disfrutar metro a metro de la marcha. Y es que en la carretera conviven sin problemas todo tipo de cicloturistas, desde el más preparado al aventurero que no sabe si va a poder con la dureza propuesta. Al fin y al cabo se trata de disfrutar de aquello que más nos gusta: pedalear.