foto: qué grande ser ciclista

foto: qué grande ser ciclista

Hay muchas razones para llamar locos por la Quebrantahuesos a todos estos cicloturistas, acompañantes y aficionados. Locos por atreverse al gran desafío de afrontar 200 kilómetros por un recorrido digno del Tour de Francia. Locos por realizar largos viajes en coche para poder estar presentes en Sabiñánigo; locos increíbles que hacen auténticos sacrificios para compaginar trabajo, familia y pasión en una semana de junio calificada por muchos como frenética.


En definitiva, una bendita locura surgida del apasionado amor a la bicicleta y a los retos difíciles en un entorno natural espectacular. Esto es ciclismo, un deporte grande, muy grande al que la Quebrantahuesos contribuye con esta gran marcha cicloturista.

Locos por la Quebrantahuesos: el viaje

Las primeras historias que contar siempre tienen que ver con el viaje a Sabiñánigo. Las puedes escuchar de todas clases. Desde los que han demorado su salida desde sus lugares de origen tanto, que llegan con la expo cerrada y tienen que coger su dorsal al día siguiente, a los que se encuentran con la desagradable sorpresa de ver que su reserva de alojamiento ha sufrido un imprevisto y toca buscar desesperadamente otra alternativa.

Tampoco faltan los “despistados” que se han olvidado en casa el casco o las zapatillas. Estos cicloturistas y los que sufren algún problema mecánico en sus bicicletas, tienen en la Expo de la QH la solución a los imprevistos de última hora.

Locos por la Quebrantahuesos: la expo

foto: qué grande ser ciclista

foto: qué grande ser ciclista

La visita por las carpas de la Expo es un auténtico desfile animado y variado en el que se pueden ver a peñas y clubes cicloturistas perfectamente uniformados, a cicloturistas, obsesionados con estirar las piernas, que no se bajan de la bici ni para ver las novedades del sector o a auténticos vendedores que aprovechan la afluencia masiva de público para darse a conocer de la manera más original.

Merece la pena pasear por el recinto y ser protagonista de los grandes momentos. El más esperado es, quizás, cuando anuncian los personajes populares que se atreverán a realizar la marcha. El gran “Miguelón” Indurain fue la estrella de esta edición y como siempre, aguantó paciente el irrefrenable deseo de los aficionados por hacerse una foto con él.

Locos por la Quebrantahuesos: los primeros kilómetros

No han pasado ni tres kilómetros desde el inicio de la Quebrantahuesos y ya se producen los primeros tirones musculares, inesperados pinchazos y lo que es más increíble: cicloturistas que han llegado tarde a la salida.
Las carreteras de acceso a la salida se llenan de filas de coches aparcados desde donde muchos cicloturistas acceden con sus bicicletas hasta la posición de la salida, pero desgraciadamente algunos no calculan bien el tiempo y más de uno da por finalizada su participación. Otros intentan, de manera desesperada, contactar con la cola del grupo, acción prácticamente imposible si ya ha pasado el vehículo que cierra la marcha cicloturista.

La  marcha cicloturista es de  tal magnitud, que todas las previsiones serán pocas si se quiere completar con éxito la prueba. Estar atentos a todos los detalles es fundamental.

Locos por la Quebrantahuesos: los malos momentos

En 200 kilómetros es inevitable pasar por no o varios momentos de debilidad. Las fuerzas abandonan al cicloturista. Se ha llegado a definir como la llegada de la “oscuridad”, cuando las expectativas fijadas de antemano ya no se van a cumplir y todavía quedan  muchos kilómetros por recorrer. Superar estos inevitables momentos no suele ser fácil: Quebrantahuesos, claves para regresar feliz.

La larga ascensión al Portalet casi siempre se convierte en el juez que determinará el resto de la marcha. Aquí se viven los momentos de mayor duda para aquellos  cicloturistas con menor preparación y que ruedan muy justos de fuerzas. La idea del abandono ronda por sus cabezas.

Locos por la Quebrantahuesos: sueño cumplido

 

¿Quieres ver a muchos cicloturistas derramar lágrimas? Acércate a la meta y lo presenciarás porque finalizar la Quebrantahuesos es un momento inolvidable para todos ellos.  Unos han cumplido su sueño, otros han mejorado su marca personal pero también son muchos los que deciden que no vuelven a disputar una prueba tan dura y exigente. El esfuerzo ha sido descomunal, no tienen ganas de hablar ni de comer, el cansancio lo domina todo. Al día siguiente, de regreso a casa, estos “malos pensamientos” ya se habrán transformado en: “al año siguiente vuelvo”.

Todos los cicoturistas son conscientes del sufrimiento que llegan a padecer. La montañera Edurne Pasabán, en su segunda participación, afirma: «ayer sufrimos muchos. Muchas gracias a todos los corredores que durante la prueba me ayudasteis». Esto es lo maravilloso del ciclismo. Y son muchas las razones para sentirse GRANDES.

¿Volverás el año que viene? ¿Quieres participar por primera vez? ¿Serás uno de estos maravillosos locos por la Quebrantahuesos?