Sarah lucha para salir de la depresión montando en bicicleta.

Sarah lucha para salir de la depresión montando en bicicleta.

Sarah es una de tantas personas que lucha a diario por salir de la depresión, una de las enfermedades más frecuentes que deben afrontar los psiquiatras y cuyas causas últimas todavía no se conocen del todo.

Sarah es una mujer británica que ha tenido el arrojo de contar cómo está siendo su batalla para derrotar y superar los pensamientos negativos y oscuros. Lo singular de su historia es que ha comprobado que el mejor fármaco ha sido y es practicar ciclismo.

“Si alguien me hubiera dicho cuando era joven cuánto iba a significar el ciclismo para mí, no le hubiera creído”

Su caso demuestra, de forma clara, que la depresión puede golpearnos en cualquier momento y que puede resultar devastadora.

«En 2003 mi situación en el trabajo estaba acabando conmigo. Pasar sola tanto tiempo en la oficina era lo más fácil para acabar aislada . De forma simultánea, estaba estudiando un posgrado mientras todavía estaba ganando dinero»

“Inevitablemente hice crack” 

El médico le diagnosticó la tan temida palabra: depresión. Abandonó su consulta con la prescripición de un medicamento en el que puso toda su esperanza.

Salir de la depresión gracias al ciclismo

Apuntarse a un club fue para Sarah una de las mejores decisiones

Apuntarse a un club fue para Sarah una de las mejores decisiones

El destino quiso que su compañero de apartamento, un practicante de mountain bike, le invitara a participar como voluntaria en la organización de un evento ciclista.

“A partir de ese momento pasé los fines de semana al aire libre, junto a los participantes, en las firmas, con los jueces etc…ese mundo empezó a convertirse en mi  nueva comunidad”

El siguiente escalón no tardó en llegar. Una semana le dieron la posibilidad de participar en una carrera con su vieja Kona de acero. “Aunque me pasé toda la carrera siendo adelantada por niños y acabé exhausta,  lo más increíble es que me encontré animadísima por primera vez en mucho tiempo”

Poco a poco fue incrementando kilómetros y sus ganas por pedalear fueron en aumento

“Un día, orgullosa, anuncié a mis padres que había pedaleado 25 millas y seis meses más tarde me compré mi propia bicicleta de carretera de segunda mano”

Un club ciclista, la mejor de las terapias

“Unirme a un club ciclista fue una de mis mejores decisiones. Para desarrollarme como ciclista, ganar salud y sentirme cada vez mejor por dentro. Era un grupo social que me animaba mucho a conseguir mis metas. Los sábados no eran sábados si no salía con los compañeros de mi club”

Para ella es muy importante mantener el contacto con el ciclismo y los compañeros del club.

“Tan pronto como acaba una ruta y recuerdo lo realizado me siento con ganas de repetir, es como si regresara la pasión en mi vida»

Continúa en tratamiento. Hace poco más de un año tuvo noticias de que iba a ser despedida. De un puesto de trabajo donde había estado 12 años. “La verdad es que me derrumbé. Acudí directamente al médico y volví a tomar antidepresivos ante una nueva situación que sólo el ciclismo no podía solucionar

“Ahora, aunque me sienta cansada, sé que si puedo forzarme a mí misma a salir de casa y pedalear, regresaré sintiéndome mucho mejor. Estar deprimido es complicado”

Confiesa que ha buscado actividades como el yoga o Pilates, ejercicios muy recomendables para reducir el stress, la ansiedad y la depresión.

“Creo que podría pasar sin éstas actividades, pero no me puedo imaginar la vida sin el ciclismo; no es la medicina perfecta para curar una depresión pero para mí es la que está más cerca de salvarme”

 El ciclismo, una de las medicinas para salir de la depresión

Sarah ha encontrado en el ciclismo una salida para poder escapar de la enfermedad, y precisamente montar en bicicleta y todo lo que rodea a esta actividad es una de las que mejor encajan en algunos de los consejos que recomiendan los expertos.

Para leer más información sobre la vida de Sarah,  más contenido en total women’s cycling.