Domingo 13 de marzo.
Última y decisiva etapa final de la Paris-Niza 2022.
Máxima expectación por ver quién será el ganador final. Los ciclistas van apareciendo en la línea de salida muy abrigados. El frío y la lluvia les van a acompañar durante toda la jornada. Tendrán que superar cinco puertos de montaña.
De inicio, el equipo del líder Roglic impone un ritmo altísimo. El pelotón se fragmenta y provoca muchos abandonos. Los favoritos aguantan juntos. Queda el último puerto. El Col d’Èze, una cima a 507 metros de altitud desde donde se divisa una espectacular costa azul. Allí se va a decidir el triunfo final. Los organizadores han preparado una pequeña sorpresa. Las primeras rampas de gran porcentaje aparecen por el interior de unas urbanizaciones, un desvío de lo que es la subida principal. Primoz Roglic, Simon Yates, Nairo Quintana y Daniel Felipe Martínez (si no hubiera pinchado estaría con ellos) todos excelentes escaladores. Junto a ellos, de manera increíble, aguanta el actual campeón de Bélgica, un perfil menos escalador pero un ciclista que todo lo hace bien: Wout Van Aert. Desde el kilómetro cero protegiendo a su líder.
No rendirse nunca
Llega el momento crucial. Simon Yates, de pie sobre los pedales se aleja en las rampas con mayor porcentaje. Es el más fuerte. Al principio sólo piensa en la etapa pero más tarde reconocerá que llegó a soñar con el triunfo final en la general. Enseguida Nairo Quintana y Primoz Roglic se dan cuenta de que no pueden. 10, 15, 20 segundos, la diferencia aumenta y en ese instante a Roglic le invade la incertidumbre. Ha salido muy abrigado y el fuerte ritmo desde el primer kilómetro le ha provocado un «acaloramiento». Cuando se quita varias prendas siente alivio pero puede ser tarde.
Mientras Roglic lo pasa mal, Van Aert lucha por lo que parece imposible. No es un escalador puro pero mantiene su concentración. No quiere perder de vista a su líder, Primoz Roglic.
Se descuelga unos metros, luego recorta, no se rinde y por fin alcanza de nuevo a su líder. No le mira, no le dice nada. No hace falta. Su capacidad de sacrificio resultará decisiva en el desarrollo final. Van Aert tira de él y se vacía hasta la línea de meta. Roglic gana la general de la Paris- Niza 2022.
Nada más cruzar la meta, le dedica estas palabras a su compañero.
“Wout es mitad hombre mitad máquina”
No debemos olvidar que el ciclista belga de 27 años había conseguido la victoria en la contrarreloj individual de la prestigiosa prueba francesa.
Recordando al más grande
Y estas palabras nos vuelven a recordar a otro belga, probablemente el más grande deportista de la historia. Y lo hacen porque es el título de la biografía más completa sobre Eddy Merckx que escribió el británico William Fotheringham, reputado escritor dentro del mundo del ciclismo.
Van Aert no es el nuevo Eddy Merckx que buscan los belgas. Es un ciclista diferente cuyos éxitos en el ciclocross le llevaron más tarde de lo habitual a la carretera. Pero año tras año nos sigue dejando escenas memorables. Victorias en contrarrelojes, clásicas, etapas de alta montaña como la del Mount Ventoux del año pasado…un ciclista excepcional y atrevido que nos hace disfrutar.
Es Wout Van Aert (27 años), mitad hombre, mitad máquina. «El chico que todo lo hace bien». Disfrutemos de él y de los nuevos talentos que están llegando al ciclismo mundial.
Este ciclista me parece un fenómeno. Le sigo desde su etapa de ciclocross y es una máquina. Y todavía puede mejorar.